Jesús Rojas/API
Chilapa de Álvarez, Gro. 15 de octubre de 2020.
A tres años del asesinato del luchador social Ranferi Hernández Acevedo, fue colocada una ofrenda floral para recordarlo en la comunidad de Nejapa, lugar donde fue encontrado calcinado dentro de una camioneta junto con su esposa, suegra y chofer.
Primero, integrantes del Comité de padres y madres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, manifestaron que aunque no pudieron hacer marcha por la pandemia del Covid-19, estaban reunidos para colocar una ofrenda para exigir justicia y verdad.
Enseguida miembros del comité de la misma normal exigió justicia y que se castigue a los culpables: “lamentablemente vivimos en un estado de pobreza, en un estado donde te matan por ser estudiante, activista social o periodista, pero si eres delincuente no te hacen nada, es por eso Ayotzinapa siempre está en total apoyo en todas las organizaciones en el estado”.
Posteriormente, un representante del Centro de Derechos Humanos “Tlachinollan”, señaló que a tres años del homicidio de Ranferi, el caso se encuentra sin ningún detenido, las investigaciones están lentas, porque “el gobierno y la fiscalía prácticamente no han hecho nada para detener a personas que cometieron el crimen”.
Fustigó que esa noche el gobierno no hizo ningún operativo en tierra ni por aire para poder detener a las personas que cometieron el crimen.
Después, una integrante de la Asamblea General de Los Pedregales de la Ciudad de México, señaló que Ranferi dejó un gran ejemplo de lucha, el cual se debe de seguir, “porque nuestro hermano Ranferi denunció toda la irregularidad que hacía el mal gobierno de Guerrero, sabemos que todos aquellos que alzan la voz están dos metros bajo tierra”, aseguró.
Por último, Diana Hernández, hija de Ranferi, recordó que el 14 de octubre de 2017 en la comunidad de Nejapa, municipio de Chilapa, fueron abandonados por un grupo de hombres armados, los cuerpos sin vida de familiares y compañeros de lucha Ranferi Hernández, su esposa Lucía Hernández, su suegra Juanita Dircio y su ahijado Antonio Pineda.
“Los cuerpos presentaban (huellas) de que fueron torturados, para después ser ejecutados de manera vil y cobarde. Estamos hablando de un multi homicidio que sólo puede ser comparado como el de Xochicalco, Morelos, en donde fueron masacrados el líder zapatista Rubén Jaramillo, su esposa Epifania que se encontraba embarazada, y sus tres hijos.
Lamentó que ese crimen aún no ha sido castigado, como el de sus familiares. “Ambos multi homicidios representan la saña del estado mexicano contra aquel que se atreva enfrentarlo”, aseguró.
Recordó que hace tres años cuando fueron asesinados sus familiares y compañeros, el gobernador Héctor Astudillo Flores, y la Fiscalía del Estado se pronunciaron contra el caso, obligados por la conmoción social que inundó las páginas de los medios, por la crueldad del crimen.
Diana detalló que en ese entonces el estado ofreció una recompensa a quien diera información de lo sucedido, pero pasado el tiempo el caso ha quedado en el olvido, fuera de todo discurso oficial.
Calificó al mandatario estatal que solo da la cara cuando se ve acorralado socialmente hablando “entonces expresa su preocupación y dice que la Fiscalía ya tiene información relevante, luego de nuevo deja que el tiempo deja de archivar los casos mientras tanto la desaparición constante de jóvenes, feminicidios, la violencia en la Sierra, en Acapulco en general ya forman parte de la vida cotidiana de la ciudadanía guerrerense”, acusó.