Rocío Hernández: elaborar “cometas” en tiempos de la digitalización

Edgar de Jesús/API
Tecpan de Galeana, Gro. 01 de Marzo del 2020.-

 Rocío Hernández Galeana busca rescatar la convivencia familiar en tiempos de la digitalización a través de la elaboración de “cometas” o “papalotes” en Tecpan de Galeana; oficio en el que lleva más de 20 años.

Para ella ha sido un reto mantener las usanzas que las generaciones pasadas mantenían buscando diversión a través de la convivencia, sin estar atados a la tecnología.
Sentada en el suelo junto a los pliegos de papel china, tijeras, pegamento, hilo de costura y maderos ligeros, Rocío inicia la elaboración de los papalotes cada día.
En las mañanas sale de su domicilio, ubicado en la colonia del PRI, y pasadas las cinco de la tarde pone en marcha los nuevos retos: los cometas que los niños piden con personajes de juegos o caricaturas que ven en los teléfonos móviles.

“La nueva tecnología ha avanzado mucho y los tiene como embobados a los niños”; considera Rocío que desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche elabora de 30 a 35 papalotes.

En una charla, comentó que en cada reto se pone como meta hacer felices a los niños y generar una sana convivencia entre las familias tecpanecas, alejándolos un rato de las redes sociales y videojuegos que hoy acaparan la atención de la mayoría de los niños, jóvenes y adultos.

No obstante es enfática en que los niños piden sus cometas con dibujos de sus personajes animados; “desde Peppa Pig hasta Free Fire”.
“A mí me gusta hacerlo difícil, no me importa si me tengo que tardar una hora, lo importante es sacar el pedido, me gusta lo difícil y me gusta la decoración, divertirme entre el papel: voy a recortar esto, voy a hacer esto y lo hago”, señala.
Hernández Galeana asegura que continuará con la tradición de los papalotes hasta que le gane terreno a los vídeosjuegos y la tecnología que hacen que los niños se olviden de la sana diversión al volar los cometas en los campos.

“Mientras crean en mí yo seguiré trabajando en eso. Ya cuando los niños empiecen a creer más en videojuegos, en cosas, esto se va ir perdiendo y es lo que a mí no me va a gustar”; concluyó.