**Burros, caballos y mulas eran vendidas para el trabajo pesado en las comunidades de San Luis Acatlán y municipios de la región Montaña
**En San Luis Acatlán se conocieron a cuatro personas que comercializaron con estos animales, los compraban en los municipios de la zona baja como Azoyú, Copala o Cuajinicuilapa Manuel Montoro
San Luis Acatlán, Gro.
17 de noviembre del 2020
De los años 1960 al 2010aproximadamente, era muy común ver el uso de animales de carga como principal aliado del campesino en la región Costa Chica y La Montaña. Burros, caballos y mulas eran vendidas para el trabajo pesado en las comunidades de San Luis Acatlán y municipios de la región Montaña, actividad extinta al día de hoy, debido a la utilización de camionetas.
La falta de caminos en los municipios y comunidades indígenas de San Luis Acatlán, Malinaltepec e Iliatenco impedía el uso de vehículos, por lo que los comerciantes y campesinos se valían de los equinos para poder realizar sus actividades.
En San Luis Acatlán se conocieron a cuatro personas que comercializaron con estos animales, Alfonzo García, José Luis Morán, Mateo Lorenzo y Jesús Arriaga, viendo en esta actividad un sostén económico para su familia.
Posiblemente hubo más personas que se dedicaron a esta actividad, y de diferentes municipios, pero en San Luis Acatlán estos comerciantes fueron muy conocidos. Ellos se dedicaron a la compra de caballos, burros y mulas, en los municipios bajos, como Copala, Azoyú, Cuajinicuilapa, principalmente, zona donde abundaban estos animales, que se reproducían fácilmente gracias a las condiciones del clima; después de adquirir estos animales, los trasladaban a pie, desde el lugar donde los hubieran comprado, arreando hasta 20 animales, entre burros, mulas o caballos rumbo a San Luis Acatlán, algunas veces tardaban días para poder llegar a su casa. Los patios de sus casas eran el lugar donde estos comerciantes exhibían a los animales, allí llegaban personas de diferentes lugares esperando adquirir un buen animal para su trabajo.
Los precios eran distintos entre un animal y otro, los burros eran los más económicos, su precio oscilaba entre los mil pesos; un caballo para el trabajo, costaba alrededor de 5 mil pesos; y una mula, hasta 10 mil pesos, las mulas eran caras por su gran resistencia para el trabajo rudo, resultando las preferidas por los campesinos y algunos comerciantes que tenían que recorrer varios kilómetros cargados de mercancía. Cabe señalar que esta actividad también fue rentable debido a la poca vida que tenían los animales en climas fríos de los municipios de la Montaña, los burros tenían una vida de cinco meses a un año y medio máximo, un caballo duraba de un año a dos; y una mula llegaba a vivir hasta cinco años. Hoy en día, la venta de estos animales ya no se ve, parece extinta, debido a la apertura de carreteras y caminos de terracería de fácil acceso para los vehículos, la mayoría de campesinos ya tienen acceso a sus terrenos y cuentan con camionetas o cuatrimotos donde ellos pueden transportar sus productos, dejando la utilización de animales de carga. Mientras que en los municipios de la zona baja, donde eran adquiridos estos animales, cada día es más difícil verlos.