Acapulco, Gro., noviembre 10 del 2019 (NOTYMAS)- El Gobierno del Estado de Guerrero que encabeza Héctor Astudillo Flores a través de la Secretaría de Cultura a cargo de Mauricio Leyva Castrejón, presentaron en el Forum de Mundo Imperial, a la Compañía de Danza Contemporánea “HERVÉ KOUBI” la cual llegó desde Francia para presentar el espectáculo dancistíco “Las Noches Bárbaras”.
Hervé Koubi, es un poeta coréutico, coreógrafo francés de origen argelino trae triunfalmente a Acapulco, la danza y su emblemático himno al cuerpo mediterráneo.
En su etapa de bailarín, Hervé Koubi era un tipo singular; luego, una vez inmerso en la harina coreográfica y creativa, ha insistido en ser él mismo, el plasmar sus explosivas y a veces muy dispares iniciativas.
Dicho espectáculo brilla por el conjunto; esporádicamente da sitio al fragmento solista, en la figura del solo, pero siempre como bisagra a otra andanada del grupo, a otra ola portentosa que vuelve el escenario como una especie de mar proceloso e implacable.
“Las noches bárbaras” esta pensada en el poema de Cavafis “Esperando a los bárbaros” y a la vez en otro libro que ya hoy imprescindible: El gran mar de David Abulafia, volumen clave para entender el lugar donde estamos y que nos alimenta desde siempre, pues el otro gran protagonista del espectáculo de Koubi es ese mar Mediterráneo viejo, mítico, diario y vital, una linfa comunicante que aporta el alimento esencial más allá de los peces y que justificadamente ha sido cantado desde tiempos ancestrales.
La salud muscular de los 14 artistas en escena es espejo de una limpieza moral, de un idioma claro y de un sencillo vocablo como bisagra hacia el espectador; respiran anhelantes hacia las luces, los focos son como un destino fuera de alcance, y hay una cierta voluntad expresiva de rito, de éxtasis y de entrega.
Los fragmentos wagnerianos o de los Réquiem de Fauré y Mozart aportan una gravedad monumental, una idea de misa solemne; la rítmica la pone el desierto y sus ecos, sus tambores y sus acentos ternarios, el eco libio o nubio con la gráfica chawi elevan la pulsión hacia lo aéreo y el reto tanto a la gravedad como a la rendición temporal entre caída y recuperación, entre giro y abrazo.
La obra expresa que su Mediterráneo no habla en el fondo de política, y guerras, sino de hombres.
La vitalidad, Hervé Koubi canta en la misma dirección, rebusca en la acción colectiva la búsqueda de un acorde común, y una vez afinado, lanzado al aire del arte dancístico, es una hebra maravillosa y lúcida que encanta y absorbe, y esa es la razón porque el público asiente primero en silencio y luego estalla en una ovación victoriosa y unánime.
Los 14 hombres que se expresan mediante una extrema calistenia física son un mural promisorio a la brillantez y dominio de las técnicas del baile urbano suman un disciplinado sentido del ensamble y de la coordinación grupal. (www.notymas.com)