Edgar de Jesús | API Guerrero | San Jerónimo, Gro | 14 de marzo de 2022
Micro empresarios del municipio de Benito Juárez (San Jerónimo) en la región Costa Grande de Guerrero, lamentaron que el Gobierno Estatal y Federal no estén ayudado para que haya una reactivación económica en la industria del cocotero.
Ante la indiferencia de los gobiernos, una empresa familiar ubicada en la localidad de Arenal del Centro (La Máquina), procesa de manera artesanal la materia prima del coco, de donde sacan jabones de baño, aceite comestible, desodoroantes y esmaltes.
En entrevista, Rafael García García habló sobre la crisis que vive como dueño de una micro empresa, por el abandono en que se encuentra este sector, a pesar de estar generado empleos.
Dijo que él y su familia no cuentan con los suficientes apoyos para industrializar sus productos a una mayor escala, y ni son apoyados por ningún orden de gobierno, incluso, dijo, a pesar de que la crisis se ahondó por la pandemia que generó el Covid-19.
Indicó que su empresa familiar genera 15 fuentes de empleo, pero desafortunadamente no pueden expandirse para generar más empleos y mayor derrama económica para el municipio.
La falta de apoyos los imposibilita para promover y exportar sus productos a otros municipios y estados del país, lo que se agrava aún más ante la falta de ingresos y desconocimiento en el ámbito comercial.
García García refirió que otro de sus impedimentos es que no cuentan con la suficiente infraestructura para ampliar la producción, y lo que logran transformar es con herramientas artesanales.
“A la palmera se le llama el árbol de la vida, porque tiene muchos usos y propiedades alimenticias como ninguna otra, la prueba es todo lo que ofrecemos”, enfatizó.
Y agregó que para empezar a elaborar los productos no fue necesario tomar cursos, por el contrario, la necesidad de salir adelante los motivó a ver videos en plataformas digitales sobre cómo se procesa el coco en otros países, siendo de esta manera como aprendieron el oficio.
Aseguró que la misma crisis por la que atraviesa él y su familia, es la que viven todos los micro industrializadores de la región, desde que inició la pandemia.