Destruye Sedena armamento relacionado con hechos delictivos en Guerrero

Juan Blanco/API
 
Chilpancingo, Gro. 03 de Diciembre del 2019.- Efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) adscritos a la 35 Zona Militar en coordinación con el 50 Batallón de Infantería, iniciaron este martes, en esta ciudad, la destrucción de armas de fuego; gran parte de los fusiles estuvieron relacionados con hechos delictivos. 
 
En representación del gobernador Héctor Astudillo Flores, el secretario General de Gobierno, Florencio Salazar Adame y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, David Portillo Menchaca se encargaron de destruir cada uno un fusil como parte de la ceremonia realizada esta mañana en la explanada del 50 Batallón de Infantería. 
 
El coronel Alfredo Montiel Godínez dijo en el informe que serían destruidas un total de 895 armas, 537 de las cuales son largas y 358 son cortas. Dijo que esta artillería está en poder de la Sedena gracias a decomisos, por donación y por campañas educativas impulsadas por los tres órdenes de gobierno.
 
“En su momento fueron clasificadas como objeto de delito, siendo las autoridades ministeriales y judiciales, con su rápida resolución, quienes decretaron el decomiso del material bélico y dictaminaron que quedaba a disposición de la Secretaría de la Defensa Nacional con el objeto de llevar a cabo su destrucción, para evitar en empleos que vulneren la seguridad de los y las guerrerenses”, explicó.
 
Por su parte, otro de los militares coordinadores de la destrucción, dijo que las armas son sometidas al menos a cuatro procesos de revisión para constatar que se encuentran dentro de la relación de lo decomisado. 
 
“Se verifican las características de las armas nuevamente en presencia de un interventor, el cual vuelve a corroborar que antes de que se destruya el arma, la tenemos dentro de la relación, todo esto para evitar errores en la documentación”, dijo.
 
En cuanto al proceso de destrucción, dijo que primero se desarma el fusil y después son separadas sus partes, clasificándolas en acero, antimonio, plástico o polímero, las cuales bien son fundidas en acero o, bien, cortadas con una sierra circular de metal para después sepultarlas en una fosa excavada en un área árida y que no afecte el entorno ecológico.
 
“Por último, una vez que hemos destruido el material, se levanta un acta donde firman todos lo que participaron en ella: desde el interventor hasta el que ejecuta la orden, el comandante responsable y el que haya supervisado. Esta acta es enviada a la autoridad que las haya puesto a disposición de la Secretaría de la Defensa Nacional para que tenga conocimiento del hecho”, culminó.
 
Calibre 38 súper, AK-47 o “cuerno de chivo”, .40 milímetros, escopetas calibre 12, algunas de ellas chapeadas en oro, otras más con incrustaciones de diamantes, son algunas de las armas que serían destruidas. (Agencia Periodística de Investigación)

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