Desde hace más de 20 años lustra el calzado en el zócalo.
Edgar de Jesús | API GUERRERO | 27 de junio de 2024
Sentado en su silla de bolero, leyendo el periódico Aciano Reyes Antolino espera paciente la llegada para bolear zapatos en el zócalo de Tecpan de Galeana, en al Costa Grande.
El paso del tiempo llegan los clientes con quien Don Aciano interactúa charlando y sacando sus pinturas, grasa, franelas o trapos, jabón para dar paso a lustrar o dar grasa, dependiendo de lo que el cliente le solicite.
A sus 68 años de edad, Reyes Antolino habla de cómo a la edad de 15 años inició a trabajar, lavando naranjas en el mercado municipal para ganar dinero y ayudar a su familia.
El bolero relató que en su juventud sufrió un accidente el cual le fracturó la cadera cuando trabajaba de albañil, pues esto; lo orilló a retomar el oficio de bolero que practicó desde niño. Desde hace ya 30 años, Don Aciano es uno de los últimos boleros que quedan en el municipio, ya que en meses atrás falleció Manuel de la Cruz Ortiz “El Moreno” como lo conocían en las calles de Tecpan, y con su cajón en mano recorría las colonias y oficinas gubernamentales donde tenía sus clientes.
Durante la charla Reyes Antolino dijo que, la silla que ocupa en el zócalo le fue entregada a otro bolero durante la administración del ex alcalde priista Jesús Orbe Torres a manos de su esposa Wendolin Quiñones en Octubre del 2005, sin embargo; el otro lustrador de zapatos le cedió los derechos para que Don Aciano fuera quien estuviera a cargo de su fuente de trabajo, la cual desde hace ya 19 años ha ocupado trabajando y también ha reparado y mejorado, debido a que el paso del tiempo y las inclemencias del clima la pudieron haber dañado, “ya la he arreglado porque incluso como ellos –el gobierno municipal- las habían dado no es la misma estructura que tienen, las patas las amacicé, puse otras llantas nuevas, el tiempo, hay que irla cuidando porque el mantenimiento de la silla para que pueda seguir soportando pues ya vez que el tiempo las corroe, el moho y todo eso”.
Dijo que sus horarios de trabajo son variados debido a que muy poca gente que acude a dar grasa o bola como se decía comúnmente es poca, debido a las nuevas tecnologías que en la actualidad ya se usan para la limpieza casera de las personas que tienen calzado, “habiendo trabajo tengo que sacar el trabajo y no habiendo de todas maneras tengo que estar aquí, es necesario yo vengo aquí a las ocho me voy a las diez de la mañana a almorzar, regreso entre once y media a mediodía y de ahí me quedo hasta las cuatro o cinco de la tarde , esos son mis horarios”.
Y, agrego que; “es como todo, esto es como un puestecito tengo que estar aquí para estar esperando a ver quién viene a comprar y así y aquí permanezco todavía”.
En México se les conoce como boleros porque fue durante la Revolución Mexicana cuando la ciudad recibió una gran cantidad de migrantes en busca de trabajo, específicamente entre los años 30 y 40 se dio la necesidad de “darle bola” o brillo a los zapatos antes de cualquier acto social que fuera importante.
La frase significa lustrar los zapatos; primero se cepillan los zapatos, luego se les aplica un jabón, y grasa para que queden brillosos, al final se les pasa un trapo con el que se lustran; incluso se les puede aplicar tinta de colores comunes en zapatos como negro o café.