**Un joven fue detenido por involucrarse en una pelea por policías municipales y lo entregaron a la CRAC-PC
**Su hermano, que abogaba por la inocencia de su familiar, también fue entregado
**Les piden quince mil pesos que aún no pueden reunir, por lo que los tienen incomunicados
Yanely Fuentes| San Luis Acatlán, Gro. | 26 de junio de 2024
El pasado 9 de junio, Leobardo y Pedro de 22 y 20 años, respectivamente, fueron detenidos por la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias- Policía Comunitaria (CRAC-PC), con el pretexto de haber causado daño a los neumáticos de una de las unidades utilizadas como patrullas.
Durante un jaripeo que se llevaba a cabo en la colonia San Antonio de la cabecera municipal de San Luis Acatlán, Pedro se vio involucrado en una riña propia de los eventos sociales, por lo que la policía preventiva municipal intervino y lo detuvo.
Aunque Leobardo ya iba camino a su casa en la colonia Nicolás Bravo, regresó al saber que su hermano menor se encontraba en problemas, al intentar razonar con los policías municipales, se hicieron de palabras y los policías lo detuvieron también.
Siendo una detención hecha por los policías municipales, de acuerdo a la gravedad del agravio debió ser puesto a disposición de las autoridades correspondientes para la respectiva sanción; no obstante, con toda la intención de perjudicarlos, los policías municipales los entregaron a la CRAC-PC diciendo que ellos habían ponchado las llantas de una unidad patrulla de la Policía Comunitaria.
Los familiares de Pedro y Leobardo, aseguran que la Policía Comunitaria sin investigar y sin dar oportunidad de defensa, les están extorsionando con la cantidad de 15 mil pesos como pago por un agravio que Pedro y Leobardo no cometieron.
Toda vez que fueron detenidos por riña, pero ahora la CRAC-PC los está acusando y extorsionando por un delito no cometido. Los familiares de Pedro y Leobardo, aseguran que son personas de escasos recursos y con todo el esfuerzo posible reunieron la cantidad de 10 mil pesos, pero que no se los quisieron recibir al no estar completa la cantidad que exigen. Sumado a eso, no les permiten verlos y desde el 9 de junio, viven con la incertidumbre de no saber el estado de salud físico y emocional en que Pedro y Leobardo se encuentran.
Ya que, en el ámbito familiar, se les está haciendo pesado el reunir la cantidad que se pide en esta extorsión, siendo que Leobardo es esposo y padre de un pequeño que da muestras de extrañar la presencia de su padre, mientras que el resto de la familia se desgasta para pagar por algo que no cometieron.
Bajo estas circunstancias, los familiares esperan que las autoridades encargadas de garantizar el pleno respeto a los derechos humanos intervengan y apoyen sensibilizando a estos grupos armados para que liberen a estas personas inocentes y que los policías municipales a quien ya se les conoce como torturadores, realicen su trabajo en apego a derecho sin la necesidad de ensañarse con los ciudadanos y así, no los entreguen a grupos de civiles armados como sucedió con Pedro y Leobardo.