Jorge O. Vargas| Copala, Gro|, 3 de enero de 2025.-
Playa Ventura, una tranquila localidad en el municipio de Copala, se ha convertido en el corazón de una exitosa temporada de ostiones, donde los buzos locales, conocidos como “hombres rana”, vivieron días de gran prosperidad durante la temporada decembrina. Ángel Eduardo Olvera, más conocido como “el Hippie”, uno de los buzos más experimentados de la región, compartió con entusiasmo que, en promedio, cada buzo obtuvo ingresos diarios cercanos a los 4 mil pesos por la venta de ostiones “lengua de vaca” y “de cajilla”, variedades que han ganado popularidad tanto entre los vacacionistas como entre los residentes de municipios cercanos de la región Costa Chica.
Los ostiones de “lengua de vaca”, conocidos por su tamaño y suavidad, son altamente codiciados por los turistas que visitan la región, buscando saborear los productos frescos del mar. Sin embargo, es el ostión de “cajilla” el que se ha convertido en el protagonista principal de la temporada. Este tipo de ostión se distingue por su grosor, resultado de un crecimiento que ocurre de manera vertical, cuando los moluscos, al estar apretados en su hábitat natural, no tienen suficiente espacio para expandirse horizontalmente.
Así, el ostión se desarrolla de manera más gruesa, dando como resultado una pieza de mayor consistencia y sabor.
“El ostión de cajilla es un fenómeno que se da cuando el molusco, al estar muy comprimido, no crece a lo largo, sino hacia arriba, lo que le da ese grosor tan característico.
Aunque tiene la misma edad que el ostión común, su forma y su textura son totalmente diferentes, y eso es lo que lo hace especial”, explicó Olvera, mientras mostraba con orgullo las piezas que sacó del mar.
Además de esta distinción en su crecimiento, los ostiones de Playa Ventura también son famosos por las sorpresas que a veces ocultan en su interior: perlas. Aunque no son comunes, los buzos han tenido la fortuna de encontrar algunas perlas en los ostiones que recolectan. Estas perlas, que nacen como resultado de un proceso natural, ocurren cuando un objeto extraño, como un grano de arena o un trozo de concha, entra en la cavidad de la ostra. En su intento de protegerse, la ostra cubre el cuerpo extraño con capas de nácar, lo que da lugar a la formación de una perla.
“Las perlas son un milagro de la naturaleza. Es increíble cómo algo tan simple como un grano de arena se convierte en una joya tan valiosa. Este proceso puede tardar desde seis meses hasta tres años o más, y el resultado final es una perla que es la prueba de la resistencia y la belleza del mar”, comentó Olvera, quien también explicó que las perlas se forman de manera gradual, con la ostra recubriendo la arena con el mismo calcio que usa para formar su concha.
La creciente demanda de ostiones frescos ha contribuido al auge económico de la comunidad de Playa Ventura, que se ha convertido en un destino turístico cada vez más popular tanto entre los visitantes locales como internacionales.
En particular, turistas de países como Canadá, Francia y Suiza han comenzado a visitar la región, atraídos por la oferta de mariscos frescos y la experiencia auténtica que ofrece este rincón de la Costa Chica.
El “Hippie” Olvera, junto con otros buzos locales como “Pototo”, “Pancho” y “Sorullo”, invitan a todos los amantes de la comida marina a visitar la “Casa de Piedra”, un restaurante local en Playa Ventura donde los ostiones recién sacados del mar se sirven en su mejor versión.
“Aquí ofrecemos los mejores ostiones frescos, con todo el sabor del mar. Es una experiencia que no se pueden perder”, señaló Olvera con entusiasmo.
Este auge en la venta de ostiones no solo beneficia a los buzos, sino que también impulsa la economía local, creando empleos y atrayendo a más turistas a la región.
Con cada temporada, los ostiones de Playa Ventura continúan consolidándose como un verdadero tesoro del mar, con un sabor y una historia que lo convierten en un manjar codiciado por muchos.