Edgar de Jesús | API Guerrero | Tecpan de Galeana, Gro | 21 de marzo de 2022
Don Francisco Morales Galeana es un conocido ebanista que lleva 46 años esculpiendo pedazos o barrotes de madera en Tecpan de Galeana, Guerrero, desde los tiempos de Rubén Figueroa Figueroa y Luis Echeverría Álvarez.
Tiene un taller improvisado en el patío de su casa, en el tradicional barrio El Tepetate, donde abrió sus puertas e invitó a pasar a este medio informativo con el objeto de conocer su trabajo.
Inmediatamente sujeta sobre sus manos unos palos de billar, los cuales había dejado secar bajo los rayos del sol tras aplicar la base de laca para darles brillo. Este es su trabajo más reciente.
Y mientras detalla los tacos, el escultor recuerda que a la edad de 16 años inicio su labor en la desaparecida Forestal “Vicente Guerrero”, cuya operatividad y época de mayores manejos maderables se registró entre los años 70´s, bajo la gestión del ex presidente de la República Luis Echeverria Álvarez, y en el periodo del ex gobernador Rubén Figueroa Figueroa.
Don Pancho (así le conocen en el tradicional barrio El Tepetate) explicó que, en aquellos años realizó su primer ataúd porque una persona que trabajaba en la Forestal murió, por lo que le pidieron que hiciera su primera caja de muerto.
“Yo tenía un jefe y pues dijo: ´háganle una caja y échame la mano´.
Y de ahí surgió la hechura de una caja, pues desde cuando estábamos chamacos nos enseñaron a hacer una caja ropero, pango, entre otras”.
Con el paso de los años y ante la necesidad de mejorar en sus trabajos, fue “inventando” herramientas.
El ingenio y la necesidad lo fueron obligando a “sacarle forma a la madera”; relata.
Durante sus años de ebanista y perfeccionista en tallados de madera, ha realizado trabajos que van desde una mesa de billar profesional y sus tacos de precisión hasta cajas de navajas para galleros, según cuenta.
“Las hacemos con maderas naturales preciosas: caoba, cedro, maple.
Y en algunas ocasiones la caoba la traigo de Chiapas o de importación de Guatemala”, afirma.
Explicó que el arte ebanista no se la enseñó nadie y que, con el paso de los años ha ido evolucionando. “No quise ser del montón”, dijo, asegurando que su oficio es comparado con la carpintería, sin embargo, para él significa “sobresalir un poco de entre todos”, y eso, asegura: “me ha dado mucha satisfacción”.